Inconsciente

miércoles, 27 de octubre de 2010

Preguntar “para qué”

Uno de los rasgos principales de la terapia Gestalt es plantearse preguntas de forma distinta a la tradicional. La primera y más básica es el “cómo”. La manera más típica de comenzar la sesión es preguntándole al paciente cómo se siente.
 En mis tiempos de aprendizaje se me ocurrió que bien podía escribirse un libro titulado “Qué dice usted después de decir ‘cómo’”, parafraseando el título del famoso libro de Eric Berne, el creador del Análisis Transaccional, “Qué dice usted después de decir ‘hola’”. Eso mostraba mi desconcierto ante la salida abierta que le dejaba al paciente. Imprevisible. ¿Cuál podía ser mi segunda pregunta si ignoraba lo que vendría a continuación como respuesta?

 La Gestalt no funciona como un árbol de alternativas, de blancos y negros. Por tanto, una cualidad indispensable para ser un buen terapeuta es la capacidad de contacto que se tiene con el otro, como se dice en Psicoanálisis. Eso y un entrenamiento a fondo junto con un proceso personal muy bien hecho. Que, por cierto, nunca se acaba, algo que se ha podido observar perfectamente en la serie “En terapia”, una de las mejores series televisivas que se han producido jamás.
Hoy aparco ese tema del cómo y me voy a una corrección muy importante que estableció también Perls respecto al valor de la pregunta “para qué” sobre el tradicional “por qué”.
El ‘por qué’ enseguida nos conduce hacia la racionalización, la búsqueda de causas, y de eso sabemos demasiado, tanto que ni cuenta nos damos de las trampas que hacemos. Racionalizamos hasta lo más absurdo. Lo que mucha gente desconoce es que la racionalización es un sistema de defensa o se crea a partir de él. Necesitamos explicaciones ante un mundo de incertidumbres que nos supera.
Nos lleva a las justificaciones, a buscar razones para todo cuanto hacemos. ¿No existen esas razones? Por descontado que sí. Lo que ocurre la mayoría de las veces es que las razones auténticas van más allá de las simples explicaciones que damos y con las que argumentamos. Sistema defensivo.
Chiste gráfico de Majofa
El ‘para qué’ es muchísimo más interesante. El ‘para qué’ no va a la causa sino a la finalidad.
Una hermana mayor le dice a la pequeña que su padre, ya muerto desde hace mucho tiempo, estaba senil en los últimos años de su vida y no tenía control de las funciones más básicas (era su padrastro). La pequeña no lo recuerda así y se siente sorprendida y confusa.
En terapia esa chica, O., lo comenta con su terapeuta. La estrategia de la confusión que utiliza su hermana mayor le es de sobras conocida y protesta –evidentemente dolida- por esa nueva discrepancia en los recuerdos de una y otra. Los recuerdos sobre los últimos años de su padre de O. son los de una persona lúcida, quizás algo ausente al final pero que seguía leyendo el periódico, releyendo un par de libros favoritos, emocionándose con su equipo de fútbol, nada más.
La terapeuta pone el dedo en la llaga: “¿Para qué te ha dicho eso tu hermana?”.
¿Qué objetivo perseguía la mayor, digamos M.,  al deformar la imagen del padre que tiene la pequeña? O. lo advierte enseguida y reacciona. Más allá de saber quien tiene los recuerdos falseados –alguien los tiene, el padre/padrastro estaba senil o no lo estaba-, la cuestión que importa es el propósito del comentario, de ese ataque a la imagen del padre.
Por su historia O. sabe muy bien el clásico rechazo de su hermana hacia “el intruso” que le “robó” SU madre, el odio que años después de muerto M. siente hacia aquel hombre que la había desplazado, según ella lo vivió. M. sigue atacando la figura odiada y queriendo destruir la unión natural que O. siente hacia su progenitor. Cuando aparece un recuerdo positivo hacia el padre éste ha de ser destruido como sea.
El tema fue bien encarado. No importaba tanto cuál había sido la realidad entonces y quien llevaba razón sino darse cuenta –otra cuestión fundamental en la Gestalt el “awareness” junto con el "insight"- qué había pasado entre las dos hermanas en aquel momento, cuál era el mensaje subyacente que M. hacía llegar a O. ¿Para qué M. quería transmitirle esa imagen caduca del padre a O.?
Preguntas como: ¿Para qué evitas las confrontaciones? ¿Para qué nunca acabas los proyectos que emprendes?
Si en esa última pregunta preguntamos el por qué, saldrán mil justificaciones. El para qué crea como una disonancia, como si te hubieran preguntado mal porque no es la pregunta que esperas. Viene el desconcierto y el terapeuta puede ayudar con alguna intervención que le ayude a la persona a entrar en contacto con sus motivaciones y, mejor aún, con sus miedos. ¿Realmente quiere acabar lo que empieza? ¿Para qué se propone algo que no terminará? ¿Cómo es que siempre suele ponerse en esa situación tan frustrante y que conlleva tanta decepción?
La importancia del ‘para qué’ es inmensa y en todos los campos. Finalidad, objetivos, motivación, averiguar qué es lo que pretendemos obtener con nuestra conducta. A dónde vamos; y de ahí también saldrá finalmente el conocernos mejor a nosotros mismos, bajando de esa mente explicativa y poniéndonos en contacto con todo nuestro ser.

9 comentarios:

  1. Molt interessant, Isabel... tot aquest món per mi és un gran desconegut, però la veritat és que m'interessa moltíssim. Segueix explicant tant bé les coses, i em tindràs enganxada; un petó!

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  2. Pues la verdad es que pocas veces me he preguntado la diferencia entre el "por qué" y el "para que", y la diferencia, está.
    El "por qué" pregunta la causa,el "para que" se centra en la cuestión o la intención.
    Interesante artículo Isabel.Gracias.Quiero más.

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  3. Interesantísimo. Es verdad. Muchas veces hacemos y decimos cosas sin comprender conscientemente el motivo por el cual lo hemos hecho. Realmente el subconsciente es muy, muy complicado.

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  4. Muy interesante, Isabel.
    Tal como lo has planteado se ve perfectamente.
    Como has dicho el "Para qué" crea confución, y con él se pretende llegar a la finalidad. Todos esperamos un "por qué" y tenemos mil formas de enfrentarlos, creo que el "para" te hace ir más allá y ver el resultado de tus propias acciones y/o pensamientos.
    Me ha encantado, creo que voy a seguirte, seguro.

    Shembala

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  5. Hasta ahora no me había dado cuenta de la importancia del "para qué", dice mucho más de lo que imaginamos.
    Muy bueno el post Isabel.

    Una cuestión que se me ocurre, sin relación con psicoterapia, es si, cuando los niños están en la fase de preguntar "por qué" todo el tiempo, ¿deberíamos enseñarles que es más informativo preguntar "para qué" y así descubrirles más mundo del que esperan?
    Cuando te preguntan "por qué" puedes zanjar la conversación con un "porque sí" si no quieres dar más explicaciones, pero con un "para qué", en principio, se debería elaborar más la repuesta, lo que dejaría al descubierto algunos indicios: si la persona duda al responder, cuanto tarda en responder, que tono utiliza, se queda muy desconcertado o ha sido sorprendido, etc.
    Los niños también perciben estas señales y poco a poco aprenden a interpretarlas, lo que les da más información que un simple "porque sí".
    Quizás sea una teoría muy floja, se me ha ido ocurriendo conforme te leía.
    Un beso

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  6. Jo,o sea que más vale un "para que" en mano,que cientos "porqués" volando.
    Por lo que yo he entendido el para que es una manera de "racionalizar" los porqués.
    Desde luego,mucho más práctico y más sensato,y,a la larga,más fructífero,porque te ayuda a sortear todas las zancadillas que tu propia mente elabora.

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  7. No, al contrario. El "para qué" lo que conduce es a la comprensión de las finalidades y objetivos. La racionalización está más ligada al por qué.
    No se trata de elaborar ningún concepto ni idea como sería la racionalización, sino averiguar lo que se persigue con determinada conducta, palabras, acciones, etc.

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  8. Exacto, Isabel. En tu comentario, apuntas algo importante: que el "para que" es una pregunta adecuada en un contexto determinado, que es aquel en el que es conveniente descubrir las motivaciones de una acción intencional (consciente o no; eso es otra cuestión).

    El conocimiento siempre avanza a partir de preguntas, y hacer la pregunta adecuada, abre el camino para encotrar la respuesta adecuada.

    "Para que?" es una pregunta muy util en algunas ramas de la psicologia, la sociologia o en todas las relacionadas con el comportamiento; y para otras ciencias o para otros fines, puede ser mas util "Cómo?" o "Por que?". Por ejemplo, en tecnologias, el "Cómo?" es una pregunta casi magica, asi como el "Por que?" en ciencias emparentadas con la fisica.

    El articulo que has escrito, es realmente bueno, Isa. Nunca antes habia reparado en las posibilidades increibles del "Para que?"

    Me has enganchado para seguirte y participar, si ello es posible.

    Un abrazo.

    Jose Manuel.

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  9. Tienes la condicion y conocimiento para ser PSICOANALISTA. y aqui encontraras muchos pacientes...no lo tomes a mal, lo digo en serio...
    un saludo

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